Ingredientes
Para 4 personas
- Salmón fresco sin piel ni espinas300 g
- Vinagre de manzana (1 cucharadita)5 ml
- Aceite de oliva virgen extra (2 cucharadas)30 ml
- Zumo de limón0.5
- Salsa de soja (1 cucharadita)5 ml
- Salsa Worcestershire (1 cucharadita)5 ml
- Tomate30 g
- Aguacate60 g
- Cebolleta30 g
- Sal
Con ayuda de un cuchillo muy afilado, para no machacar el salmón sino cortarlo, lo picamos finamente. Yo lo fileteo primero, después lo corto en tiras finas y, finalmente, pico las tiras en pequeños trozos. Si el salmón está ligeramente congelado, la operación se hace mucho más fácil, aunque no es necesario.
Colocamos el salmón picado en un cuenco y lo condimentamos con el vinagre, el aceite de oliva virgen extra, el zumo de limón, la salsa de soja y la salsa perrins. Sazonamos al gusto, procurando no pasarnos, pues la salsa de soja contiene bastante sal, para no arriunar el resultado. Cubrimos el cuenco con papel transparente y lo dejamos macerar en la nevera durante 30 minutos.
Mientras tanto, pelamos la cebolleta, el aguacate y el tomate y los picamos finamente. En el caso del tomate, retiramos las semillas. Podemos practicar un corte en la base del tomate y escaldarlo en agua recién hervida, durante 1 minuto, para terminar refrescándolo inmediatamente en agua helada. De esta manera la piel sale con mucha facilidad.
Transcurrido el tiempo de reposo, agregamos la cebolleta, el aguacate y el tomate picados al salmón. Removemos bien y probamos, para comprobar si necesitamos ajustar el punto de sal y darle el punto que nos guste. Lo cubrimos de nuevo y lo dejamos reposar una segunda vez, en la nevera, durante otros 30 minutos.