Ingredientes
- Harina de fuerza400 g
- Levadura prensada15 g
- Huevos1
- Agua150 g
- Azúcar120 g
- Sal un pellizco
- Manteca de cerdo
- Azúcar glas para espolvorear
Empezando calentando ligeramente el agua, la ponemos en un bol y deshacemos en ella la levadura. En un bol grande ponemos la harina y añadimos el agua con la levadura, el huevo batido, el azúcar y la sal. Amasamos quince minutos o hasta que consigamos una masa lisa.
Hacemos una bola, la ponemos en un bol untado con aceite y dejamos que doble de volumen, como mínimo una hora. La amasamos para sacar el aire y la dividimos en seis partes. Amasar cada una de ellas y estirarlas mucho con ayuda de un rodillo.
Cuando estén bien estiradas, las untamos muy muy generosamente con la manteca de cerdo, debemos ser generosos a la hora de formar esta capa de manteca sobre la masa. Estiramos con las manos para que la masa quede bien fina, puede ser que se rompa pero no pasa nada. Enrollamos formando un rulo con cada porción.
Dejamos reposar los rulos hasta que la masa pierda nervio, lo ideal es una hora. Después estiramos los rulos para que queden lo más finos posibles. Forramos dos bandejas de horno con papel de hornear y realizamos una espiral sobre ella con cada porción. Debemos dejar espacio entre las curvas de la espiral, para que al levar la masa no se monte, debe quedar una ensaimada plana no subida.
Guardamos las dos bandejas en el horno con una taza de agua y dejamos levar las ensaimadas toda la noche o unas 10 horas. Este paso es muy importante, porque las ensaimadas deben fermentar con lentitud para que queden bien. Pasado este tiempo, calentamos el horno a 200ºC y las cocemos unos 10-12 minutos. Una vez frías se espolvorean con mucho azúcar molido.
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